¿Qué es lo que tienen los politicos que soportan tal hedor? Porque por más que se acicalen resulta que “el que lo huele, abajo lo tiene”, y eso los del PRI lo saben muy bien. Cuando nos decían que ya era un nuevo partido, recién bañado y peinado con copete, les salta lo fétido de practicas añejas, pero muy vigentes, donde miles de millones de pesos salen a ventilar lo podrido del asunto, déjándonos muy claro que su aroma, es su recuerdo.
Pero hay que reconocerles que mientras la gente normal saldría corriendo despavorida ante la nauseabunda situación, ellos siguen ahí, simulando que no huelen nada.
Tal es el caso de su presidente, Humberto Moreira, que ofendido por todo el ventarrón de acusaciones en cuanto al mega endeudamiento que dejó durante su administración en Coahuila, no acaba de levantarse de la lona cuando le viene otro gancho al hígado por operaciones fraudulentas.
Pero nadie hace nada. En cualquier otro lado ya lo hubieran, de menos, guardado en un clóset, sacado al patio, subido a la azotea o barrido debajo de la alfombra, con tal de no seguirse quemando. Pero no, el PRI quiere demostrar que es de esas aves que no se manchan en el pantano, sin advertir que son lo segundo. Si para cuando lean esto Moreira ya se fue, es porque ese inodoro se desbordó.
Lo curioso, y apuesto mi mundo de caramelo en eso, es que entre ese lodazal nunca sabremos dónde está toda la morralla que dió origen a este escándalo. ¿Acaso alguien ha esclarecido a dónde fueron a parar, ya de menos, la ligas que se guardó René Bejarano, los fondos en Suiza de Raúl Salinas o el origen del suntuoso rancho de Fox? Los políticos, sin distinción de color, nadan en aguas turbias y no les interesa sino desprestigiarse en pos de una carrera electoral que canta para oler peor que un sanitario en estación de gasolina. Y lo peor es que todos lo tenemos que usar.
"Cuando una mujer avanza no hay hombre que retroceda"
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