SE AGRAVA SALUD DE ELECTRICISTAS EN AYUNO 60 DÍAS DE HUELGA DE HAMBRE, RESPONSABILIZAN A FCH
PROCESO
MÉXICO
Y es que este miércoles el Sindicato confirmó que cada día se agrava el estado de salud de los ayunantes. De acuerdo con los médicos que los atienden, entre los más graves se encuentran Cayetano Cabrera Esteva y María Guadalupe Vázquez Guzmán, quien tuvo que ser trasladada a una clínica del Seguro Social.
Por separado, el secretario del exterior del SME, Fernando Amescua, y el ingeniero Cayetano Cabrera Esteva, quien cumplió 60 días en huelga de hambre responsabilizaron al presidente Calderón de las consecuencias que provoque en su salud el ayuno prolongado.
Hoy por la mañana, Cabrera Esteva dejó el campamento del SME para acudir, en una ambulancia, a la ceremonia de graduación de una de sus hijas en el Instituto Politécnico Nacional.
“Estoy agotado, tengo dolor por todos lados, mis piernas ya no soportan mi peso, pero pienso seguir en el movimiento, hasta sus últimas consecuencias. Estoy dispuesto a todo, que quede claro", sentenció el ingeniero de 45 años de edad.
“Deslindo totalmente de cualquier responsabilidad sobre el riesgo que está corriendo mi vida por mantenerse en esta huelga de hambre a los médicos del campamento del Sindicato Mexicano de Electricistas. La responsabilidad de lo que me pueda pasar la tiene el presidente Felipe Calderón; él fue quien nos puso en ésta situación al quitarnos el trabajo y orillarnos a tomar éstas medidas extremas”, dijo con voz débil, apenas audible.
De acuerdo con el reporte del médico Alfredo Verdiguel Rodríguez, el ingeniero Cabrera Esteva ha perdido 18 kilos,
Amezcua secundó la sentencia de Cabrera Amescua. Responsabilizó al presidente Calderón de “todo lo que pueda pasar con los huelguistas, ya que no ha dado una solución a las más 18 mil personas que dejó en la calle”.
Por la mañana, María Guadalupe Vázquez Guzmán, quien se desempeñaba como secretaria en la extinta Luz y Fuerza del Centro, fue trasladada al Instituto Mexicano del Seguro Social para recibir atención médica en el área de urgencias, debido a que se agravó su estado de salud. Vázquez Guzmán cumplió 52 días en ayuno.
Segob pide diálogo
Por la mañana,
El subsecretario de Gobierno de
Además, señaló que se pone en riesgo la salud de los trabajadores.
“Porque no tiene justificación para este tipo de protesta, sentémonos a una mesa de diálogo", dijo.
Para el funcionario federal, al alcanzar un acuerdo, se alcanzaría también la normalidad en el servicio de energía eléctrica.
SMEitas aplauden a los huelguistas de hambre a 60 días de iniciada la resistencia
SMEitas aplauden a los huelguistas de hambre a 60 días de iniciada la resistencia
Cayetano electricista del SME con 60 días en huelga de hambre 23-06-2010
Cayetano electricista del SME con 60 días en huelga de hambre 23-06-2010
(México teme por su salud, y tal vez el mundo también lo haga).
Electricistas temen por su salud
Patricia Muñoz Ríos
Miércoles 23 de junio de 2010, p. 14
En el campamento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) hay gran preocupación por la salud del ingeniero Cayetano Cabrera Esteva, cuya situación es muy delicada
por su prolongado ayuno, según señalan los reportes médicos. Sin embargo, este miércoles, cuando cumple 60 días en huelga de hambre y tiene dificultades para caminar y moverse, este trabajador acudirá a la graduación de una de sus hijas en el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Cabrera Esteva, quien ya no tolera la miel ni el suero, saldrá en una ambulancia del campamento que el SME mantiene en el Zócalo capitalino, pero sólo para acompañar a su hija en esta ceremonia en Zacatenco, donde se recibirá de ingeniera del IPN, institución en la que Cayetano Cabrera es maestro y pidió un permiso para participar en esta huelga.
Sólo saldré unas horas para estar con mi hija, pero regreso porque, como ya lo advertí, me voy hasta las últimas consecuencias
, dice este integrante del SME, quien prácticamente se mantienen acostado todo el tiempo por su difícil situación de salud.
Integrantes del SME que son jubilados acudieron ayer al campamento para apoyar al trabajador, quien es el que más días en ayuno ha completado en esta protesta extrema. Reprocharon al gobierno que deje morir a este trabajador
y exigieron que ofrezca una solución negociada al conflicto que dejó sin trabajo a sus compañeros, lo cual es el motivo principal por el que iniciaron un ayuno masivo trabajadores y trabajadoras de este gremio.
La hija del ingeniero, Raquel Cabrera López, compartió una carta que escribió a los huelguistas, en la que señala: “… no puedo dejar de pensar en aquellos que aún creen en la salvación de este país desangrado, en esos hombres y mujeres que para demostrar su inconformidad han dejado de comer; no puedo dejar de verlos como los nuevos héroes de mi patria, de mi país que veo día tras día con tristeza y melancolía, ¿Qué es lo que nos han hecho de México?, me pregunto con coraje, con tristeza. ¿Acaso todo está perdido? La educación podrida, la vida arruinada, ¿será que la única solución es salir huyendo y gritar ‘sálvese quien pueda’?
La admiración que siento hacia ustedes no sólo se basa en que lleven casi 50 días sin comer; no es sólo eso: los admiro porque a pesar de estar en un país desangrado por aquellos sedientos de poder, no han desistido en su lucha, siguen aquí, dándolo todo; los admiro porque he sido parte de los miles de jóvenes que carecían de esperanza, pero el verlos a ustedes llenos de fuerza me ha hecho ver que no todo está perdido, que sí se pueden cambiar las cosas; he comenzado a entender finalmente el porqué de la historia de mi patria, por qué se hicieron esas cosas, y por qué de ser necesario, volverían a suceder.
Breve Historia del Ingeniero Cayetano tomada del Blog Un Trabajador, Una Historia
miércoles 2 de junio de 2010
Cayetano - día 39
Nombre: Cayetano Cabrera Esteva
En huelga de hambre desde: 25 de Abril
Edad: 46 años
Puesto enLyFC: Ingeniería eléctrica – proyectista
Me acerco a Cayetano sorteando hileras de catres vacíos. De un día para otro pareciera que el campamento ha sido barrido por el huracán de las ausencias. Los huelguistas se levantan cada vez menos para conservar su energía y permanecen acurrucados en sus catres, los ojos cerrados, los brazos sobre el vientre para resguardarlo de los espasmos, las manos frías, la vida que irremediablemente se les escapa en un goteo continuo de minutos y horas. Solo diez huelguistas permanecen en la primera carpa, la grande, la que más he frecuentado, donde un día hubo treinta y seis hombres. Son tal vez los más fuertes, los más determinados. O los más afortunados, los que han escapado, de momento, a las infecciones y malestares graves. ¿Afortunados? Cayetano se pregunta conmigo si es un hombre afortunado, o si, por el contrario, está marcado por la mala estrella. Ya le tocó la privatización de los ferrocarriles hace más de diez años. Ahora, y aunque parezca imposible, vuelve a enfrentarse a lo mismo: otra privatización por sorpresa. Con la diferencia de que esta vez el líder sindical no está vendido: esta vez sí podemos, dice. No sé por qué, me viene a la mente una frase que leí en el único libro de Pablo Coehlo que me gusta, El Alquimista: que lo que acontece una vez, seguramente no se repita nunca, pero lo que ocurre dos veces ocurrirá con casi total seguridad una tercera.
Cayetano se ve muy solo en su catre. Lo rodean los catres vacíos de todos los compañeros que entraron el 25 de Abril y ya tuvieron que irse. Solo dos huelguistas del primer día permanecen en pie: Cayetano es uno de ellos. La segunda fila, la del día 26, está vacía, y la del 27 presenta cada vez más huecos. Solo la fila del 28 resiste, compactada y sin bajas entre los suyos. Observo que cuando una ausencia divide una fila el resto de huelguistas es más susceptible a marcharse. No son inmunes a la desesperación ni a la soledad. Una fila de amigos, en cambio, resiste más tiempo. Ahora, con tantos huecos, hay más espacio para sentarse y hacer entrevistas. Cayetano me ofrece la estructura metálica del catre contiguo –vacío ya, sin ocupante ni colchón-, sobre el que ha colocado unas toallas para “sus visitas”.
Cayetano es un hombre ordenado. Tiene todas sus pertenencias cuidadosamente agrupadas en una cubeta de plástico. Sus libros están forrados para que no se estropeen. En su cartera hay un papel que indica a qué hospital debe ser llevado cuando tenga que salir del campamento. Al igual que el resto de sus compañeros, tiene su ropa cuidadosamente agrupada para facilitar los trámites a los familiares si por lo que sea debe salir de urgencias. Antes, la ropa colgaba alegremente del techo, de manera más o menos improvisada, mezclada con las camisetas de los otros compañeros. Ahora reposa pulcramente apilada en las bolsas de cada quién. Es el miedo secreto a la partida imprevista, la angustia de una temporalidad cada vez más presente.
Cayetano es ingeniero electricista. Originario de Ixtepec, Oaxaca, le pidió permiso a su padre para realizar sus estudios en Oaxaca capital. A su padre no solo le pareció buen sino que decidió, además, enviarlo al distrito federal en vez de a Oaxaca. Aquí cursó la vocacional y más tarde Ingeniería Eléctrica. Su novia de toda la vida, una mujer delgada y de aspecto firme y decidido, lo siguió a la capital. Forman un buen equipo. Me los encontraré más tarde, agarrados de la mano, compartiendo confidencias. Ella lo contempla orgullosa: me recuerda un poco a un junco, flexible y resistente. Habla zapoteco, desde luego, el bello idioma de las nubes. Cayetano me cuenta de sus dos hijas. Lo embarga un tremendo orgullo al hablar de ellas. Me habla de su hija mayor, recién licenciada en ingeniería eléctrica en el IPN, donde él es profesor titular por las tardes. Se licenció con excelentes calificaciones y el último día del curso, Cayetano la presentó a sus colegas: no habían sabido hasta entonces que se trataba de su hija. Me habla de su hija menor, que le confesó hace poco que prefería abandonar las ciencias para dedicarse al arte, que toca la el piano, el chelo y la batería, que tiene una banda de rock japonés y quiere estudiar literatura dramática y teatro en la UNAM. La científica y la artista ¡qué orgulloso está, cómo le brillan los ojos al pensar en ellas!
Es un hombre fuerte y moderado. Mide sus palabras y me mide a mí: desconfía de la prensa. Sé que le han hecho otras entrevistas –de hecho, acabo de leer una en Proceso- pero eso no lo ha hecho menos precavido. Sabe que las palabras pueden ser desvirtuadas fácilmente, y por ello las calibra con cuidado. Insiste en explicarme cómo se escribe la fórmula del hexafluoruro de azufre, SF₆, el seis va abajito, puntualiza, muy serio, como un profesor acostumbrado a corregir barbaridades en los exámenes de sus alumnos. Entró a LyFC hace cinco años tras aprobar el examen de una convocatoria pública, y desde entonces combinó dos trabajos: por las mañanas, de 7 a 3, delineando y proyectando subestaciones para LyFC, y por las tardes, de 4 a 10, enseñando teoría de circuitos en el Instituto Politécnico Nacional. Está acostumbrado a dormir cuatro horas y media al día. Ahora, confiesa, se levanta ya muy tarde: a las seis de la mañana. Se asea y se sienta a asolearse unos treinta minutos, y luego regresa a sus lecturas en la carpa: libros de autoayuda –tan populares entre los huelguistas-, la autobiografía de Gandhi. Ya plantó su árbol y tuvo a sus hijas. Dice que le falta tan solo construir su casa y escribir un libro –un libro de “lo suyo”, de circuitos eléctricos-. Que tal vez lo haga este verano. Pidió dos meses de licencia sin sueldo al IPN para acudir a la huelga de hambre. Podría estar trabajando y ganando dinero. Pero prefiere estar aquí, pasándola mal, con el estómago acalambrado y fuertes dolores musculares. Porque no va a volver a ocurrir: ya le robaron su trabajo una vez. Sabe que el tiempo se le acaba y que tal vez no resista muchos días más. Pero está tranquilo. Como profesor, siempre le gustó poder enseñarle a sus alumnos –muchos de los cuales, por cierto, han pasado a visitarlo- la teoría combinada con la práctica. Sabe que así se aprende más y mejor. Al alejarme, dejo tras de mí a un hombre valiente. No alardea de nada, pero se mantiene firme como una esfinge en la tormenta. Yo me voy, él se queda. Los buenos profesores predican sus teorías con la práctica.
Todo el mundo está al pendiente de esta huelga y sus consecuencias, excepto aquellos a quienes está dirigida la protesta...
• Realizarán hoy en el Zócalo El otro mundial
Intensifica el SME la vigilancia médica a los ayunantes
Patricia Muñoz
Periódico
Martes 22 de junio de 2010, p. 13
Debido a lo prolongado la huelga de hambre de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y a que a casi dos meses de haberla iniciado los ayunantes mantienen su decisión de no levantarla hasta que haya una solución a su demanda de reinstalación laboral, en el campamento del Zócalo se duplicaron las medidas de revisión médica, aplicación de análisis clínicos y se aumentó el personal médico.
A partir de los últimos días se incorporó al campamento, entre otros, un médico internista para apoyar a los trabajadores, sobre todo a quienes están a punto de cumplir los dos meses de ayuno.
Esta decisión se tomó para dar seguimiento puntual a la salud de los 11 trabajadores y cuatro trabajadoras que han sostenido por más tiempo el ayuno en esta huelga extrema en la que se han alimentado únicamente de agua, miel y suero.
Los encargados de la organización de la huelga de hambre señalaron que a los trabajadores se les realizan análisis clínicos cada semana en hospitales privados, para revisar sus niveles de glucosa y potasio, los cuales muestran variaciones contundentes e importantes en varios casos.
De igual manera comenzó a darse seguimiento médico de los otros 10 trabajadores que se incorporaron al ayuno a partir del viernes pasado.
Por lo pronto, para este miércoles, organizaciones estudiantiles que apoyan la huelga de hambre del SME llevarán a cabo en el Zócalo El otro mundial. Esto es, un partido de futbol en la plancha capitalina, en el que van a jugar los equipos Capitalistas contra Proletarios.
"Cuando una mujer avanza no hay hombre que retroceda"
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