Quiebran empresas, estamos en recesión y el gobierno usurpador nada hace, acusa AMLO
En Chiapas, Andrés Manuel López Obrador denunció la intención de aplicar el IVA en alimentos y medicinas después de las elecciones. Pero no lo permitiremos, advirtió. Foto La Jornada
Alma E. Muñoz
Tonalá, Chis., 18 de mayo. A Calderoncito ni hay que tomarlo en cuenta, sentenció And
rés Manuel López Obrador tras conocer que el panista declaró que el país sigue en pie pese a la crisis económica, la influenza y la violencia.
A ver quién miente, agregó el ex candidato presidencial, al señalar que la situación en el país cada vez se descompone más, contra lo dicho por Felipe Calderón. ¡Puras mentiras!
Esto (la problemática nacional) es culpa suya y de la mafia política que lo impuso, señaló.
En la continuación de su gira por este estado para apoyar a candidatos de la coalición Salvemos a México –conformada por el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia– a diputados federales, advirtió sobre la intención del gobierno federal de apretar más la tuerca –con el pretexto de que cae la recaudación– con la aplicación del impuesto al valor agregado en alimentos y medicinas después de las elecciones. Pero ¡no lo vamos a permitir!, sentenció.
“Vamos a apoyar que sean diputados los que verdaderamente
quieren a México,
no diputados chafas (...) No queremos candidatos que regalen despensas, materiales de construcción, ni pollos, ni patos, ni que se vayan a hacer patos”, afirmó en el mitin realizado en este lugar, donde los asistentes lo escucharon bajo un inclemente sol, antes del mediodía.
Fue el segundo punto para sus actividades de este lunes. Las comenz
ó en Pijijiapan, a las 10 de la mañana, donde recibió la denuncia de que había instrucciones gubernamentales de votar por el candidato panista en ese distrito, José Manuel Marroquín.
Pero López Obrador pidió el sufragio en favor de Amadeo Espinosa, acompañado en toda la gira por Chiapas por el coordinador de los diputados federales de Convergencia, Alejandro Chanona.
Allí reiteró su filiación perredista y su apoyo a los tres partidos que integran el Frente Amplio Progresista (además del sol azteca, PT y Convergencia) de manera diferenciada, porque no se logró una alianza rumbo a los comicios del 5 de julio, como en la pasada elección presidencial. Y quiero que a los tres les vaya bien porque son parte de nuestro movimiento, abundó.
Después de Pijijiapan y Tonalá, el dirigente visitó Cintalapa y Revolución Mexicana. Concluyó pasadas las 20 horas. En sus discursos resaltó que Calderón miente cuando dice que todo va bien en el país. La crisis económica está causando estragos. Hay mortandad de negocios, están quebrando empresas, estamos en recesión, bajo cero en economía, y el gobierno usurpador no hace nada.
Además, Calderón se disfrazó de militar, según para combatir la delincuencia, y sólo le di
o un golpe al avispero. Es un inútil. Nunca había habido tantos asesinatos como ahora, estamos en
el primer lugar a nivel mundial. Es un cínico. ¡Es el culpable de que se agravara más la situación!
En cuanto a la influenza, dijo que los funcionarios federales sólo crearon sicosis y no supieron manejar la problemática.
No es que no hubiera enfermos, pero, además de asustar a la gente y afectar a la economía y los comercios, Calderón afectó la imagen de México en el extranjero. Así que "a Calderoncito no hay ni que tomarlo en cuenta."
ASIMETRIAS: EL JEFE MAXIMO
18 mayo 2009
“¿Por qué Rechazó tan tajante Calderón la valiosa ayuda que le ofrecían UNAM e IPN? (…) ¿Acaso le dio miedo que descubrieran su desquiciante patraña?”.
Elidee Leonor Fernández García.
I
Manuel Bartlet fue el primero, hace meses; Luis Téllez, luego, entre febrero y marzo; ahora, días há, Miguel de la Madrid. Los tres coincidieron en señalamientos puntuales acerca de los quehaceres
presidenciales de Carlos Salinas de Gortari.
Entreverados, Carlos Ahumada y Roberto Madrazo hacen delaciones en sendos libros. Aquél, notorio por corrupto y mafioso y tonto útil en la conspiración del señor Salinas y Vicente Fox contra Andrés Manuel López Obrador. De don Roberto sábese que es contumaz tramposo.
Para comprender el significado de lo dicho por esos personajes habría que
identificar los componentes del pasado reciente –digamos de 1988 a la fecha—y los vìnculos entre los cuatro y el contexto actual.
Ubiquemos a cada actor en su propia papel pasado y presente, el q
ue representaron en la el escenario en el que don Carlos era el actor mayor, y el actual, también dominado por la actuación dominadora, caciquil diríase, de éste.
Don Carlos es, a la vez, actor embozado entre un conjunto escénico
de títeres y el titiritero único. Es el hombre fuerte, políticamente, de México. Es, para muchos, “El Jefe”, incluyendo a los señores Bartlett, Téllez y al propio don Miguel.
“El Jefe” Salinas ejerce un maximato –como el de Plutarlo Elías Calles-- bajo modalidades y peculiaridades fácticas e informales. Ese maximato se extiende a personeros mayores y menores de los tres partidos políticos mayores de México.
El señor Salinas manda en el PRI, en las cámaras y no pocos gobiernos de los 31 Estados Unidos Mexicanos y sábese documentadamente que su alcance llega hasta Felipe Calderón, quien removió al señor Téllez a sugerencia suya.
II
Los tres hablaron –que no denunciaron ni acusaron, pues denunciar y acusar es un juicio de valor formulado por aquellos segmentos de la ciudadanía enterada de lo dicho por esos personajes, sino delaciones espontáneas, coyunturales-- sin pensarlo.
Pero esa peculiaridad –la delación espontánea-- le otorga a lo dicho por don Manuel, don Luis y don Miguel un valor documental que, a la luz que sobre esos sucedidos presuntos arrojaren los métodos del historicismo, son insoslayables.
Ello antojaríase verismo incontrovertible. No se puede soslayar lo dicho, como tampoco es soslayable su significancia ocurrente –la actual-- ni sus consecuencias previsibles ni la
cercanía dígase cómplice de los conspicuos dicente.
Don Manuel era el secretario del despacho de Gobernación del entonces Presidente De la Madrid y responsable, ante éste, de que el proceso electoral de 1988 tuviese un des
enlace favorable al candidato de éste, que era el señor Salinas.
En ese aciago año, don Manuel presidió sobre una operación que hizo “caer” al sistema de cómputo de votos para evitar que que trascendiese que la votación favorecía a Cuauhtémoc Cárdenas, otro de los candidatos (el tercero era Manuel J. Clouthier).
Don Carlos dispuso que el sistema de cómputo fuese desactivado. Para ello no recurrió a una operación a trasmano, sino que lisa y llanamente hizo que de la oficina del Preside
nte De la Madrid se le diese la orden al señor Bartlett. Éste obedeció.
Una vez asumida la Presidencia mediante esa operación equivalente a un “coup d´État”, don Carlos premió al señor Bartlett designándolo secretario del despacho de Educación Pública; luego lo hizo gobernador de Puebla. Favor recibido, favor pagado.
III
Don Manuel extrapoló lo ocurrido hace 21 años en una alusión indirecta en un entorno periodístico acerca del episodio, pero atribuyó al señor Salinas la autoría y la respo
nsabilidad de la “caída” del sistema de cómputo; éste señalaba una derrota.
Más lo dicho por el señor Bartlett no pasó a mayores; don Carlos ni reaccionó. ¿Por qué? Porque a don Manuel –ahora sospechoso icono de la “izquierda” mexicana-- fue autor material del fraude electoral del 88 y golpista por inferencia válida.
¿Y el señor Téllez? A don Luis lo pillaron con una grabación electrónica realizada, presumiríase, por motivos de un supuesto revanchismo amoroso, en la cual decía o dijo que el señor Salinas se había robado la mitad de la partida secreta.
Pero las afirmaciones delatoras más contundentes, por acreditadas, fueron las del ex
Presidente De la Madrid, forzado después por don Carlos y sus propios allegados a desmentirse con humillación pública unas horas posteriores a su difusión.
Ello, sin duda, aumentó el acervo de credibilidad de la periodista Carmen Aristegui, aunque fue acusada por el señor Salinas de “aprovecharse” de la “senilidad” de don Miguel y de su muy supuesta vulnerabilidad cerebral y falta de lucidez.
Don Miguel, cabría reiterar precisoriamente, dijo que el señor Salinas se había
robado la partida secreta –una suma incalculable de dinero de la que hasta 1998 el Presidente disponía discrecionalmente-- y confirmó, además, otras sospechas.
Confirmó el golpe del 88, los motivos del “Quinazo” y las ligas presuntas de don Carlo
s con el “narco”. Pero esa delación descorre también los velos que ocultaban la existencia de u
n maximato político en un modelo de simulación democrático-electoral.
ffponte@gmail.com
www.faustofernandezponte.com
Glosario:
“Coup d´État”: golpe de Estado.
Delación: en su sentido semántico, revelar actividades desconocidas de alguien o algo, acusar, denunciar; en su sentido jurídico tiene otra connotación, la de proveer a la autoridad información acerca de terceros.
Maximato: periodo de ejercicio fáctico e informal del poder por parte d
e Plutarco Elías Calles, a quien sus allegados y la ciudadanía en general llamaba Jefe Máximo, de allí la denominación. Su maximato lo ejerció desde 1924. En 1928 dejó la Presidencia, pero en los hechos era el hombre fuerte del país hasta 1936, en que el entonces Presidente Lázaro Cárdenas lo expulsa del país.
“Quinazo”: la detención, por el Ejército, de Joaquín Hernández Galicia,
“La Quina”, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la Repùblica Mexicana, el 10 de enero de 1989. Durante el proceso judicial trascendió que el Ejército “plantó” un cadáver y armas en una casa que, a la postre, resultò no ser el domicilio del líder petrolero. Empezo, pasó una década en la cárcel.
Editorial. Del “México Estúpido”
Año 8, número 3371
Lunes 18, mayo del año 2009
La “aparición” de las “Guardias Blancas” que hace recordar los tiempos caciquiles de nuestro México, en el que había gatilleros malos y gatilleros buenos. Lo que coincide con las recompensas que el Gobierno ofrece por los delincuentes más conocidos (como en el viejo Oeste) propiciando que cazadores de recompensas de la Unión Americana vengan a nuestro suelo a probar fortuna.
Más las recientes declaraciones de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) en el sentido de que intervinieron policías ministeriales en la colocación de las narco-mantas que coordinadamente fueron colocadas en varias ciudades de la República en días pasados.
Lo que ya era supuesto por todos los analistas políticos, pues por los exclusivos lugares en donde muchas de ellas fueron colocadas, casi frente a oficinas federales, estatales y municipales rel
acionadas con la seguridad pública, no quedaba duda de que había complicidad con las Autoridades.
Sin pasar por alto la fuga de reos en Zacatecas y la corretiza que los sicarios les
pusieron a las fuerzas federales, y que terminó en Huitzilac con el “aterrizaje forzoso” del helicóptero de la PFP, que es de esos desechos de la guerra de Vietnam con los que los EEUU cooperan con nosotros en la lucha contra los narcotraficantes.
Son hechos que pintan no el “México Bronco”, sino el “México Estúpido” que pudiendo tomar las riendas del Poder de manera pacífica, lo prefiere hacer a balazos. En m
ovimientos que cubren de sangre a la Nación y que finalmente terminan de nueva cuenta en lo mismo.
“En un cambio de gobierno, los pobres si acaso cambiamos el nombre del amo”. Fedro.
En dictaduras abiertas o disimuladas como la que estamos viviendo con el Estado de Excepción que anticonstitucionalmente nos impuso Felipe Calderón durante la “gravísima pandemia” de la que el michoacano salvó al mundo, aunque Fidel Castro diga todo lo contrario.
Estado de Excepción que viola las Garantías Individuales de todos los mexica
nos, y que no ha retirado, a pesar de que el Secretario Córdova ha declarado que “La epidemia está controlada”, precisamente ahora que hay más casos de pacientes infectados que antes (ni quien los entienda)
Y al decir que se pueden tomar las riendas del Poder de manera pacífica, no a balazos, no se hace referencia a las elecciones, en las que finalmente se espera un abstencionismo q
ue solo les complicará más el cometer otro fraude electoral.
Sino que ya va siendo la hora de que quienes amamos a la Patria, hagamos un boicot que ponga de cabeza la economía de los ricos. Y si bien no se puede hacer un boicot a la gasolina o al diesel, por razones obvias, sí se puede hacer a la Coca-Cola, que finalmente es un negocio más rentable que el del p
etróleo.
http://www.diariolibertad.org.mx/diario/index.php
CHETUMAL, Q.R.- Conocido en las costas del Caribe por los viajes de su lujoso megayate Azteca, de 50 metros de longitud, Ricardo Salinas Pliego, propietario de TV Azteca, también ha sido señalado en la prensa de Belice por negarse a pagar los 787 mil dólares de sanción que l
e impuso el Departamento de Ecología del vecino país centroamericano después de que su embarcación dañó un arrecife de coral vivo en la zona de San Pedro Town.
El “accidente” del megayate ocurrió el 7 de abril pasado, cuando el Aztec
a se dirigía al balneario de San Pedro, Belice, cerca de Xcalak, Quintana Roo. Al momento de acercarse al muelle de Cayo Ambergris, una cuerda se enredó en la propela de la embarcación y “para evitar un daño mayor” el capitán Salvador Villeras Eckart decidió arrojar las anclas para frenar al yate, provocando la devastación de casi 400 metros cuadrados de arrecife.El incidente ocurrió frente a los vecinos de la población, a plena luz del día. El periódico San Pedro Sun publicó fotos donde se observa el daño ocasionado por las anclas del megayate de Salinas Pliego, en el cual viajaban 25 invitados del propietario de la
cadena de tiendas Elektra, de Unefon y de Banco Azte
ca. Las autoridades aduaneras, de Ecología, Inmigración y guardacostas retuvieron al piloto Villeras Eckart, y el jefe del Departamento de Ecología, Martín Alegría, expidió una prohibición para que el Azteca volviera a navegar, en tanto el grupo técnico de la dependencia fue enviado a observar el daño y calcular el costo de la sanción.“Según entiendo, el señor Salinas Pliego estuvo esperando llegar a un arreglo para pagar antes de salir de Belice”, declaró Jevon Hulse, jefe de la oficina de Medio Ambiente de San Pedro al periódico San Pedro Sun, p
ero el mismo rotativo destacó a finales de abril que el pago de los 7
87 mil dólares es “incierto”. El megayate “desapareció” misteriosamente desde el 12 de abril.La lujosa embarcación apareció en las costas de Cozumel el Viernes Santo, navegando sin problema alguno. Incluso recibió apoyo del Resguardo Marítimo Federal para que algunos de sus pasajeros desembarcaran. Según diversos testigos, no se vio
ahí a Salinas Pliego.Las autoridades de la capitanía de puerto de Cozumel no quisieron confirmar el día exacto en que el Azteca prácticamente se fugó de las autoridades de Belice para aparecer en la isla quintanarroense. Se excusaron señalando que, como fue “día inhábil”, no fue posible localiza
r a ninguno de los guardias responsables ese día.De acuerdo con el periódico Por Esto!, en apariencia el pago de la multa fue evitado por Salinas Pliego, ya que su embarcación no permaneció retenida ni siquiera 48 horas por las autoridades beliceñas.No es la primera vez que el Azteca comete irregularidades en las costas del Caribe, confían a Proceso algunas autoridades de San Pedro, Belice. El propietario de TV Azteca siempre hace sentir su poder y su con
dición de “intocable”, aun cuando destruya una de las riquezas naturales más importantes de la zona: los arrecifes vivos de coral.Resulta aún más contrastante que mientras TV Azteca ha lan
zado una “gran cruzada de concientización” ecologista denominada Limpie
mos Nuestro México, el megayate de Salinas Pliego destruya arrecifes y pretenda evadir el pago de la multa.En todas las emisiones de sus canales 13 y 7, TV Azteca se convierte en adalid de Limpiemos Nuestro México y convoca a ecologistas, ambientalistas, niños, familias, instituciones, gobierno, asociaciones civiles y “a la sociedad en general” para que se unan a su “gran cruzada” para “actuar con responsabilidad hacia la comunidad donde se trabaja” y obligar a las autoridades y empresas a “que cumplan con su co
mpromiso” a favor del medio ambiente.
Litigio
Las contradicciones entre su discurso y sus hechos son una constante en las empre
sas del Grupo Azteca. Salinas Pliego pagó esta semana varios desplegados de prensa para acusar al periódico Reforma por difamar a TV Azteca y defender como “legal” la operación de su empresa Hi-TV. De acuerdo con información confirmada desde enero de este año, Salinas Pliego vende “cajas sintonizadoras” por mil 999 pesos en sus tiendas de electrodomésticos Elektra para que sus clientes puedan disfrutar 15 señales diferentes de televisión.El especialista Gabriel Sosa Plata explicó que el truco de TV Azteca es utilizar los “canales espejo” 24, 25 y 26 que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes le otorgó desde 2004 para “multiplexar” 15 señales diferentes. Esta maniobra viola el Acuerdo de Televisión Digital y la comp
añía de Salin
as Pliego no cuenta con el permiso de la Comisión Federal de Telecomunicaciones ni de la SCT para comercializar estas señales.Sosa Plata explicó: “En esta actitud retadora (innovadora desde el punto
de vista tecnológico y de servicios), aunque a mi parecer ilegal”, también se observa “una gran irresponsabilidad de la Cofetel, de la SCT y del mismo Congreso, por no haber actualizado, después de la sentencia de la Suprema Corte en contra de la Ley Televisa, el marco jurídico de l
a radiodifusión y las telecomunicaciones”. l
Porque lo conoce como pocos, Porfirio Muñoz Ledo asegura que el expresidente Miguel de la Madrid sí supo lo que decía en la entrevista con Carmen Aristegui, pero aporta un elemento adicional: la relación del narco con el gobierno se inició precisamente en el sexenio de De la Madrid y se consolidó en el de Salinas. Y expone: con todo el respeto por Miguel, pero él sí sabía quiénes eran los Salinas.
Los primeros acercamientos del narcotráfico con el gobierno fueron
durante la administración de Miguel de la Madrid Hurtado, pero fue en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari cuando, a través de Raúl –su “hermano incómodo”–, los lazos se afianzaron, sostiene Porfirio Muñoz Ledo.Testigo de casi medio siglo de la historia política nacional, Muñoz Ledo explica: en el sexenio de De la Madrid (1982-1
988) se iniciaron los contactos con narcotraficantes a través de instancias de poder como la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS).En esa época, admite, él militaba en el PRI. Y aclara que entre 1979 y 1985 fue representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Renunció al partido en 1988, luego de que la cúpula priista, incluido el presidente De la Madrid, s
e inclinó por Carlos Salinas como candidato a la Presidencia de la República.Eso motivó que él y Cuauhtémoc Cárdenas, los otros dos aspirantes, quedaran fuera. Esa situación los llevó a salirse del partido. Y, juntos, organizaron el Frente Democrático Nacional (FDN) que al año siguiente se transformó en el PRD.Conoce los entretelones de la historia que hoy enfrentan a Salinas de Gortari con De la Madrid Hurtado a causa de la entrevista a este exmandatario divulgada por Carmen Aristegui en su programa radiofónico Primera Emisión el miércoles 13.Dice: “Cuando Salinas llega al poder, los hermanos (Carlos, pero sobre todo Raúl Salinas) aprovecharon los primero
s contactos para tejer relaciones de complicidad” con el narco.Y cuestiona: “¿Sabía o no Miguel de la Madrid que su más cercano colaborador era partidario de relaciones de complicid
ad con el narcotráfico?” Él mismo responde: “Supongo que lo sabía”.En entrevista con Proceso, Muñoz Ledo menciona dos claves históricas que reflejan, dice, la forma en que la narcopolítica extendía sus tentáculos hacia las esferas policiacas de la época: el asesinato del periodista Manuel Buendía, el 30 de mayo de 1984, y la ejecución del agente encubierto de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Enrique Camarena, y su piloto Alfredo Zavala, el 9 de febrero de 1985. Ambos hechos ocurrieron en el sexenio de De la Madrid.
Los narco-ochenta
Las respuestas que dio el expresidente De la Madrid a la con
ductora de Primera Emisión en torno a los vínculos de Raúl Salinas con el narcotráfico son contundentes. De la Madrid afirmó que los contactos comenzaron “desde que llegó al poder su hermano (Carlos)”; que Raúl “conseguía contratos en el gobierno, se contrataba con los narcotraficantes”; incluso deslizó que el asesinato de Enrique Salinas de Gortari –cuyo cuerpo fue encontrado el 7 de diciembre de 2004 en Huixquilucan, Estado de México– “a lo mejor estuvo ligado al narcotráfico”.Sobre este aspecto, el entrevistado de Aristegui agregó: “Cuando se supo que Enrique hizo depósitos en Francia y que (las autoridades de ese país) habían investigado que éstos tenían vínculos con narcotraficantes, Enrique se asustó y retiró el dinero”.El jueves 14 De la Madrid reculó, presionado por l
os priistas Francisco Rojas, Emilio Gamboa y Ramón Aguirre Velázquez,
según el embajador Muñoz Ledo. Esa versión la publicaron también La Jornada y la revista electrónica Reporte Índigo.Muñoz Ledo insiste: Desde 1982, con todo y crisis económica, el país comenzó a tener problemas reales con el narco.El 15 de mayo de 1984, Jack Anderson publicó en su columna Carousel en The Washington Post que De la Madrid había depositado “un mínimo de 162 millones de dólares” en bancos extranjeros. Citó como fuentes los “informes secretos de inteligencia” o “datos de la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad”. Ese día el entonces mandatario debía reunirse con su homólogo estadunidense Ronald Reagan. La
edición del rotativo, el segundo más influyente del vecino país, no circuló en México.Así mismo, mediante una carta enviada desde la embajada de México al Departamento de Estado, el gobierno mexicano calificó como “injurioso” y calumnioso el artículo de Anderson y solicitó una declara
ción oficial para “que se deje constancia de que no existen los supuestos informes a que alude el señor Anderson”.El g
obierno de Estados Unidos respondió de manera diplomática. Anderson dejó de publicar notas alusivas a la corrupción gubernamental mexicana. Aquí, la prensa oficial no hizo eco de los señalamientos del periodista, pero sí del deslinde gubernamental. El periodista Joaquín López Dóriga p
ublicó en su columna En Privado de Novedades la forma en la cual De la Madrid y sus colaboradores –uno de ellos era Gamboa Patrón– armaron la estrategia de las aclaraciones.Quince días después de la información publicada por Anderson, el 30 de mayo, fue asesinado Manuel Buendía, quien había escrito por esos días en su columna Red Privada de Excélsior un artículo sobre las conexiones de narcos con políticos. Fue ejecutado por la espalda e
n el estacionamiento del edificio donde tenía sus oficinas.El director de la DFS, José Antonio Zorrilla, y Rafael Ávila Moro, nieto del expresidente Manuel Ávila Camacho y quien se desempeñaba como agente en esa dependencia, fueron culpados del homicidio. En febrero pasado ambos lograron un amparo y fueron liberados.Muñoz Ledo, actual candidato a diputado federal por el PT, también recuerda el asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena. Rafael Caro Quintero y sus pistoleros, di
ce, lo secuestraron, torturaron y asesinaron después del decomiso de montañas de mariguana en el rancho El Búfalo, ubicado en Jiménez, Chihuahua, realizado en diciembre de 1984. La droga, los plantíos y el rancho pertenecían a Caro Quintero y a Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto.Después de ese operativo Camarena
desapareció. Su cuerpo fue localizado en Michoacán en febrero de 2005. Las autoridades señalaron como autor intelectual del crimen a Caro Quintero. Lo detuvieron en Costa Rica junto con algunos de sus pistoleros. Todos portaban credenciales que los identificaban como agentes de la DFS; tenían la firma de José Antonio Zorrilla, director de esa dependencia.Días después también agarraron a Don Neto y hundió a Caro Quintero. Estados Unidos comenzó a presionar a las autoridades mexicanas sobre los vínc
ulos del narco con la clase política; también demandaban justicia por la muerte del agente de la DEA y su piloto. Poco a poco cayeron otros capos de la droga, como Miguel Ángel Félix Gallardo, quien había sido consejero del desaparecido Banco Mexicano Somex.Asentado en Chihuahua, desde ese cargo Félix Gallardo arreglaba sus asuntos con Armando Beteta, hermano de Mario Ramón Beteta, quien fue director de Pemex en el sexenio
de De la Madrid. En su edición del 15 de abril de 2005 este semanario aludió a una fotografía en la que Félix Gallardo aparece en la boda de un familiar del exgobernador de Sinaloa, Leopoldo Sánchez Celis.Por esas fechas también fueron detenidos los capos Manuel Salcido, El Cochiloco; Juan José Esparragoza, El Azul, y el hondureño José Ramón Mata Ballesteros.“Los verdaderos padrinos se ubican, seguramente, en las esferas políticas. Unos son los que usan las armas y realizan el trabajo pesado y o
tros los que utilizan la inteligencia a nivel ejecutivo. El presidente De la Madrid puede estar vacilante acerca de remover a sus aliados políticos con posibles vínculos con el mercado ilícito de las drogas”, aseguró la DEA al reportero Fernando Ortega Pizarro (Proceso 441).
Verdades a medias
Muñoz Ledo no exime a De la Madrid de su responsabilidad por haberse inclinado por Salinas como su sucesor presidencial. Cita a la periodista Martha Anaya, quien incluyó una entrevista del expresidente en su libro 1988: El año que calló el sistema, en la cual De la Madrid asegura que “Salinas era un buen candidato”. Pero hoy, dice Muñoz Ledo, De la Madrid lo llama criminal.Sigue el entrevistado: “De
la Madrid no nos dice que esa decisión hundió al país. Él no asume la responsabilidad de la línea ideológica que promovió con esta elección. Que no venga ahora, con todo respeto por Miguel, con que no sabía a dónde iba a llevar el país Salinas.“¿A poco no sabía los manejos económicos de la familia Salinas? Si eran famosos… El padre, Raúl (Salinas Lozano), fue funcionario… ¿A poco no conocía la catadura moral de la familia? Perdón que l
o diga, pero él sabía a qué grupo se estaba favoreciendo.”En la entrevista con Aristegui, De la Madrid confesó que se sentía “muy decepcionado” porque se había equivocado al elegir a Salinas como sucesor, pero “en ese momento no tenía elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas de Gortari”.Muñoz Ledo se exalta y da palmadas al escritorio al tocar ese punto. “Miguel sí sabía quiénes eran los Salinas. Miguel decidió impulsar a Salinas, por encima de Manuel Bartlett, a quien creía rebelde; de Alfredo del Mazo, a quien consideraba blando; y sobre su amigo Sergio García Ramírez, entre otros, por razones ideológicas, por conveniencia personal y por una línea clara del Fondo Monetario Internacional”, sostiene.Por eso, señala que en la entrevista con Aristegui el expresidente dijo verdades “a medias”, pues criticó a su sucesor por corrupt
o e inmoral, lo acusó incluso de criminal o de haber pactado con
narcotraficantes a través de su hermano Raúl, “pero nunca descalifica su actuación como gobernante en aspectos económicos, políticos y sociales”.Hace 20 años, Muñoz Ledo y Cárdenas rompieron con el PRI por la designación de Salinas como candidato del partido a la Presidencia de la República. Salinas llegó al poder después de unas cuestionadas elecciones presidenciales. Sus opositores del FDN fundaron el PRD en 1989. Durante el sexenio salinista, el mandatario les cobró la factura con la muerte de alrededor de 600 militantes perredistas, incluyendo a Xavier Ovando, cercano colaborador de Cárdenas y asesinado cuatro días antes de la elección presidencial de 1988.El espaldarazo de De la Madrid a Salinas es porque le debía “favores”, asegura Muñoz Le
do. Desde entonces, dice, el candidato ya era turbio; y De la Madrid era su
cómplice. “Es sabido que el grupo de Salinas fue el que orientó y manipuló la sucesión presidencial que favoreció a De la Madrid”, asegura Muñoz Ledo.Por eso, en marzo de 1982 –agrega–, José López Portillo le confesó que tenía problemas con De la Madrid porque, “dijo literalmente: ‘Creo que le han ocupado la voluntad el calvito (Salinas) y el francés (José Córdoba Montoya)’”.Insiste: De la Madrid sabía que estos personajes “eran verdaderos conspiradores y se aprovechó de ellos”. Así, dice, consideró a Salinas una persona leal, eficaz y que representaba el conjunto de intereses que querían favorecer la apertura económica, de corte neoliberal.Según el cofundador del PRD, De la Madrid nunca se deslinda del aspecto ideológico ni de la orientación económica ni política del gobierno de su sucesor Salinas. Actúa así porque, afirma, no quiere pasar a la historia como promotor de la corrupción.“El apoyo a Salinas fue un arreglo económico
, era parte
de su compromiso con Estados Unidos. Fue el gran drama de una generación. Está en el libro llamado La disputa por la nación de Rolando Cordera y Carlos Tello”, dice.
La conexión con Ahumada
De acuerdo con su análisis, las confesiones del expresidente se conectan con las revelaciones hechas por Carlos Ahumada, quien, en su libro Derecho de réplica, escribió sobre la forma en la cual Salinas negoció con Vicente Fox en 2004 los videoescándalos a cambio de la liberación de su hermano Raúl, preso durante el sexenio de Ernesto Zedillo.En el capítulo dedicado a Salinas, referente a sus viajes a Londres,
Ahumada narra que el propio exmandatario le contó lo anterior. Raúl fue liberado en junio de 2005 y le devolvieron sus bienes decomisados por la PGR. Ahumada menciona también como intermediarios del foxismo al entonces senador Diego Fernández de Cevallos y al extinto subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos. Pero Muñoz Ledo cuenta otra historia. Dice que la complicidad entre Salinas y Fox se afianzó en Bruselas, el 13 de
mayo de 2002; él lo supo porque en ese momento fungía como embajador de México para la Unión Europea.Relata: La reunión sí se realizó e incluso la Presidencia emitió un boletín de deslinde. La noche del 15 de mayo de ese año, Fox explicó: “No hay nada oficial al respecto, nada
absolutamente de encargos. Fue un encuentro casual con el señor…”Un día después, el entonces senador Diego Fernández de Cevallos y el entonces diputado Felipe Calderón advirtieron que ese encuentro “no pudo ser banal”. Con el tiempo, se volvió “una casualidad lamentable”, puntualiza Muñoz Ledo.Pero esa noche, de acuerdo con testimonios recabados por el embajador, “hablaron de la liberación de Raúl”. Y agrega: “Jorgito Castañeda es parte de la conspiración, él fue quien acercó a Salinas con Fox.”Por eso, exige que si los dichos de De la Madrid son ciertos, es necesario crear una fiscalía para investigar a los hermanos Salinas y a Fox. “Calderón e
stá obligado a abrir la cloaca; de lo contrario se va a hundir en ella... Estamos hablando de cosas muy graves. En otros países por eso llega a caer un gobierno”, afirma.Además, pide reabrir el expediente del caso Colosio, asesinado en Lomas Taurinas, Tijuana, el 23 de marzo de 1994. “Ahí t
rataron de hundir todo. Luis sabía muchas cosas y lo que trascendió, y de alguna manera me consta porque Luis quería buscarme, es que fue asesinado porque no quiso aliarse al narco”, señala Muñoz Ledo.Sostiene que como legislador participó en la comisión creada en el Senado para investigar este asunto y se percató de que “hubo una coalición de fuerzas del gobierno y de narcos. (A Colosio) lo agarraron en pinza”.“Miguel debe decirnos si conocía los orígenes patógenos de Salinas desde que, siendo un niño de cinco años, mató a su sirvienta con un rifle
y salió gritando: ‘Soy un héroe, soy un héroe, la maté de un solo tiro’. ¿Por qué lo eligió? Miguel no actuó por debilidad frente al clan Salinas, sino por ideología.”Todo esto es “producto de las complicidades entre el gobierno y el narco, aunque la línea criminal de la que habló Miguel de la Madrid sí la representan los hermanos Salinas de Gortari”, remata Muñoz Ledo. l
MÉXICO, DF, 18 de mayo (apro).- Frase por frase, palabra por palabra, Miguel de la Madrid describió a Carlos Salinas, su sucesor en el poder presidencial, como quería hacerlo y al final, con malicia, asintió: "es un criminal".
Cómplice de su hermano Raúl, cuya fortuna de más de 130 millones de dólares en buena medida procede del narcotráfico, y él mismo ladrón de la mitad de los millones de dólares
de la partida secreta que manejó a discreción, Carlos queda exhibido como un hampón por De la Madrid en la entrevista con Carmen Aristegui.
--¿Debería Carlos Salinas ser enjuiciado en México?
--le preguntó la periodista.
--A estas alturas, yo no creo --respondió el expresidente.
--¿Por qué no?
--Ya pasó mucho tiempo y al mismo gobierno de México no le conviene seguir con ese asunto pendiente.
--¿Por qué? La justicia es la justicia.
--Pues sí, pero...
--¿Por qué no le convendría a un gobierno panista? ¿No sería convenie
nte para la salud pública de este, nuestro país? Sabiéndose lo que se sabe e intuyendo lo que pudo haber pasado con la corrupción, ¿no debería enjuiciarse a Salinas?
--Yo creo que ya no sería conveniente.
--¿No cree Miguel de la Madrid en alguna medida, por lo menos chiquita, en la utilidad del escándalo para la salud pública, si del escándalo surge un proceso de justicia?
--No tanta.
--¿No tanta justicia o no tanto?
--No tanta utilidad
--¿No sirve la justicia? ¿La justicia estorba para ejercer el poder?
--A veces sí.
--¿La impunidad es condición necesaria para que la maquinaria siga funcionando en México?
--Sí.
Y sí: todos los mexicanos saben que la impunidad es el insumo básico para que la maquinaria del sistema de corrupción opere en México, en primerísimo lugar quienes han lucrado y lucran indebidamente con el patrimonio nacional y han enviado al infierno de la miseria a más de la mitad de los mexicanos.
Tiene razón De la Madrid: aun habiendo elementos para ello, y los hay, Salinas no será enjuiciado no sólo porque al gobierno de Felipe Calderón "no le conviene seguir con ese asunto pendiente", sino porque --y esto es lo fundamental-- forma parte del mismo sistema de complicidades, razón por la cual ostenta formalmente el cargo. El silencio de Calderón y los funcionarios de su gobierno relacionados con el combate a la corrupción y la aplicación de la justicia, es elocuente y, si alguna duda queda de la abyec
ta sumisión a Salinas, es la posición del presidente del PAN, Germán Martínez, quien antepone el lucro electoral al esclarecimiento de conductas delictuosas.
"Creo que al que se debe llevar a juicio es al PRI en las urnas", declaró Martínez, quien jamás ha emitido una critica a Salinas, entre otras razones porque sabe el papel que éste jugó en el fallo de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en los comicios del 2006.
Antes del fallo, que impuso a Calderón como oficialmente ganador, Salinas habló con los nueve magistrados, sobre todo con los que consideraban que debía anularse la elección por la ilegal intervención de Vicente Fox y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Un prominente abogado panista confirmó al reportero que, poco antes de la toma de posesión de Calderón, Salinas estaba molesto porque quería reunirse con él, pero César Nava Vázquez, el secretario particular y actual candidato a diputado federal, no quería tomarle la llamada, ni siquiera con la intervención de un allegado de ambos."Salinas está muy enojado con Calderón, porque no le quiere tomar la llamada y a él le debe su triunfo. Dice que el marcador en el Tribunal Electoral estaba 4-3, con riesgo de co
nvertirse en 3-4, que era la nulidad, y él hizo la unanimidad de 7-0."
La molestia duró muy poco: Salinas y Calderón gozan a plenitud la complicidad.
Apuntes
Justo en medio de este escándalo y el de Carlos Ahumada nació, hoy lunes 18 de mayo, un nuevo diario. Se llama La Razón. Lo dirige Pablo Hiriart, exdirector de La Crónica de Hoy y, precisamente, excolaborador y amigo de Carlos Salinas. Hiriart dice que el nuevo periódico es "un medio de comunicación abiertamente comprometido con los cambios que al país le urgen". Hiriart asegura que la familia del empresario tamaulipeco Ramiro Garza Cantú le prestó cabezal y dinero: "Los señores Garza me han extendido una línea de crédito para relanzar el diario, que se comenzará a pagar cuando llegue a un punto de equilibrio financiero. Mientras lo pago, ellos conservan un asiento en el Consejo de Administración. Para todos l
os efectos administrativos y editoriales, el propietario de La Razón soy yo". … Hasta siempre, maestro Benedetti: "Lento viene el futuro/ lento/ pero viene…"
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
El jueves 14 de mayo pronuncié mi discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua. Presento a los lectores una porción de esas palabras en que reviso la trayectoria de las limitaciones a la libre expresión, que en la actualidad han hecho de ella una contrahechura:Salvo el inaplicado programa de la administración del presidente Valentín Gómez Farías, que en 1833 estableció sin cortapisas la "libertad absoluta de opiniones, y supresión de las leyes represivas de la prensa", la legislación sobre la materia vigente en las tres décadas iniciales de vida independiente, osciló entre la proclamación de los principios liberales y la enumeración de restricciones, pretendidamente fundada en la experiencia de los abusos en que incurría el periodismo. Su extremo corresponde a Santa Anna, en cuyo último gobierno, en que era llamado Su Alteza Serenísima fueron listados por primera vez como abusos de imprenta los escritos subversivos, sediciosos, inmorales, injuriosos y calumniosos, los que después se llamarían, en la tríada vigente hoy, ataques a la vida privada, la moral y el orden público. Entre los escritos subversivos se contaban "los que ataquen al supremo gobierno, o a sus facultades o a los actos que ejerza en virtud de ellas" y "los que insulten el decoro del gobierno supremo, del consejo, o de cualquier otra autoridad superior o inferior, ya sea en general o particular de la república, atacando a las personas de las que la ejerzan, con dicterios, revelación de hechos de la vida privada o imputaciones ofensivas, aunque los escritos se disfracen con sátiras, invectivas, alusiones y demás medios…"Había que ofrecer una respuesta condigna a esa desmesura represiva. La dio no tanto su producto sino el proceso de elaboración de la Constitución de 1857, su Congreso, al que fueron elegidos diputados periodistas que en carne propia habían padecido en la década anterior las dictaduras de Paredes, Arista y el dueño de Manga de Clavo. La discusión de los artículos que serían el sexto y el séptimo de la carta magna del liberalismo mexicano en el poder, alcanzó momentos cumbre en la historia parlamentaria mexicana. Los protagonizaron Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto y Francisco Zarco, que con un puñado más se opusieron sin éxito al relativismo de consagrar el derecho y de inmediato acotarlo con limitaciones que, a los ojos de esos próceres, lo hacían nugatorio, Prieto, el gran memorioso de sus tiempos sintetizó esta incongruencia diciendo que la comisión dictaminadora, cuyo texto combatía, "asienta un gran principio, y como deslumbrada con la luz de la verdad, retrocede espantada, se intimida…, parece pedir perdón por su atrevimiento y se apresura a formular restricciones que nulifican el derecho".Zarco, por su parte, al pugnar por "un principio que debe ser amplio y absoluto", invocó su experiencia, su experiencia de víctima, ante sus compañeros que al restringir la libertad de imprenta "dejan a la prensa expuesta a las mil vejaciones y arbitrariedades a que ha estado sujeta en nuestra patria". Estuvo de acuerdo, naturalmente, en que el artículo que sería séptimo declarase "inviolable la libertad de escribir y publicar escritos en cualquier materia" pero aclaró que ese enunciado "no es una concesión, es un homenaje del legislador a la dignidad humana, es un tributo de respeto a la independencia del pensamiento y de la palabra".Y luego expuso los riesgos de erigir como valladares contra la libertad la vida privada, la moral y la paz pública:"¡La vida privada! Todos deben respetar ese santuario, pero cuando el escritor acusa a un ministro de haberse robado un millón de pesos al celebrar un contrato, cuando denuncia a un Presidente de derrochar los fondos públicos, los fiscales y los jueces sostienen que cuando se trata de un robo se ataca a la vida privada y el escritor sucumbe a la arbitrariedad."¡La moral! ¿Quién no respeta la moral? ¿Qué hombre no la lleva inscrita en el fondo de su corazón!... pero cuando hay un gobierno perseguidor, cuando hay jueces corrompidos y cuando el odio de partido quiere no sólo callar sino ultrajar a un escritor independiente, una máxima política, una alusión festiva, un pasaje jocoso de los que se llaman colorados, una burla inocente, una chanza sin consecuencia, se califican de escritos inmorales para echar sobre un hombre la mancha de libertino."¡La paz pública! Esto es lo mismo que el orden público. El orden público, señores, es una frase que inspira horror; el orden público, señores, reinaba en este país cuando lo oprimían Santa Anna y los conservadores, cuando el orden consistía en destierros y proscripciones. ¡El orden público se restablecía en México cuando el ministro Alamán empapaba sus manos con la sangre del ilustre y esforzado (Vicente) Guerrero!... ¡El orden público, señores, es a menudo la muerte y la degradación de los pueblos, es el reino tranquilo de todas las tiranías!"¿Y cómo se ataca el orden público por medio de la imprenta? Un gobierno que teme la discusión ve comprometida la paz y atacado el orden si se censuran los actos de los funcionarios; el examen de una ley compromete el orden público; el reclamo de reformas sociales amenaza el orden público; la petición de reformas a una constitución pone en peligro el orden público. Este orden público es deleznable y quebradizo y llega a destruir a la libertad de prensa, y con ella todas las libertades".Derrotada por la moderación mayoritaria su postura, Zarco logró un privilegio que atenuara el riesgo de persecución y castigo injustos, como los que él había padecido. Consiguió que el artículo incluyera una cláusula procesal: los delitos de imprenta serían vistos por dos jurados, uno que estableciera el hecho y otro que aplicara la pena. Pretendió de ese modo evitar que los jueces profesionales, en quienes con fundamento desconfiaba, fueran instrumento de la represión. No fue casual que esa fórmula quedara derogada en 1883 en la pavimentación del camino a la dictadura de Díaz.La Constitución de 1917 reprodujo el artículo séptimo de la de 57, y lo enriqueció con la prohibición de considerar la imprenta como instrumento del delito y la de encarcelar a los "vendedores, papeleros, operarios y demás empleados del establecimiento de donde haya salido el escrito denunciado", sensible apreciación echada a perder por la sensatez que era innecesario enunciar: "a menos que se demuestre previamente la responsabilidad de aquellos". En una restitución parcial de la fórmula de Zarco, se estableció en el artículo 20 que los delitos de prensa fueran vistos por un jurado, uno solo y no especializado, para no crear un indeseable fuero. "En todo caso serán juzgados por un jurado los delitos cometidos por medio de la prensa contra el orden público o la seguridad exterior o interior de la nación", reza ese texto convertido no propiamente en letra muerta, sino en clara señal de que el poder ha preferido la anomia que la emisión de normas que permitan el venturoso ensamble de libertad y responsabilidad. Venustiano Carranza se apresuró a reglamentar las libertades de pensamiento y de imprenta. Su propia experiencia y el papel que atribuyó a la prensa contraria a Madero su derrocamiento y muerte, le habían causado una inquina contra los periodistas a los que buscó someter, en los hechos y con una ley a modo. Cuando fue primer jefe del Ejército constitucionalista, y también durante su presidencia puso en práctica una singular modalidad de represión e intimidación. Eran los "viajes de rectificación", verdaderos secuestros en que reporteros u opinadores eran forzados a echar una segunda mirada al lugar de los acontecimientos que habían referido y al que eran llevados por la fuerza, bajo cuyo efecto enmendaban su primera aproximación. Con toda su gravedad, tal práctica desapareció con su creador. No ocurrió lo mismo, en cambio, con la ley reglamentaria de los artículos 6º. y 7º de la Constitución, cuyo lenguaje recuerda al de Santa Anna. Dictada en circunstancias de inestabilidad para enfrentar una coyuntura aun afectada por enfrentamientos bélicos esa ley está vigente al día de hoy. Aunque se trate de una antigualla, una pieza de museo jurídico, es la regla que pueden invocar o aplicar quienes se sientan víctimas de ataques en la prensa. Ataques, así llama esta norma a las violaciones a la trinidad de vida privada, moral pública y orden público¿Cuáles valores jurídicos defiende esa ley, a sus noventa y dos años de edad?: A título de ejemplos, solamente, leamos en ella que constituye un ataque a la vida privada "toda manifestación o expresión maliciosa hecha verbalmente, o por señales en presencia de una o más personas, o por medio de manuscrito, o de la imprenta, del dibujo, litografía, fotografía o de cualquiera otra manera que, expuesta o circulando en público, o transmitida por correo, telégrafo, radiotelegrafía o por mensaje, o de cualquier otro modo, exponga a una persona al odio, desprecio o en sus intereses". Constituye un ataque a la moral, "toda manifestación verificada con discursos, gritos, cantos, exhibiciones o por cualquier otro medio… con la cual se ultraje u ofenda públicamente el pudor, a la decencia o a las buenas costumbres, o se excite a la prostitución o a la práctica de actos licenciosos o impúdicos, teniéndose como tales todos aquellos que, en el concepto público, estén calificados de contrarios al pudor". Y constituye un ataque al orden o a la paz pública "toda manifestación o expresión hecha públicamente… con la que se aconseje, excite o provoque directa o indirectamente al Ejército a la desobediencia, a la rebelión, a la dispersión de sus miembros o a la falta de otro u otros de sus deberes; se aconseje, excite o provoque directamente al público en general a la anarquía, al motín, sedición o rebelión; o a la desobediencia de las leyes o de los mandatos legítimos de la autoridad; se injurie a las autoridades del país con objeto de atraer sobre ellas el odio, desprecio o ridículo; o con el mismo objeto se ataque a los cuerpos públicos colegiados, al Ejército o Guardia Nacional, o a los miembros de aquellos y ésta, con motivo de sus funciones; se injurie a las naciones amigas, o a los soberanos y jefes de ellas o a sus legítimos representantes en el país; o se aconseje, excite o provoque a la comisión de un delito determinado".Discutible técnicamente la vigencia de la ley, porque fue dictada en el período preconstitucional, y toda pieza legal en esa circunstancia quedó derogada al entrar en vigor la Constitución, los tribunales, incluida la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de tanto en tanto la aplican y declaran su vigencia. Se la invoca asimismo cotidianamente para rectificar o responder a informaciones periodísticas, pero los editores la acatan voluntariamente y nadie ha iniciado acción legal alguna para hacer valer ese derecho, como tampoco nadie ha buscado el apoyo legal para que emisoras de radio y televisión lo hagan efectivo en cumplimiento de un reglamento administrativo expedido en 2002. Esa norma nueva carece de eficacia tanto como sus antecedentes remotos, la Ley Federal de Radio y Televisión, que en materia de libertades se limita a reproducir, rutinariamente, el credo constitucional sin ofrecer un desarrollo propio a los contenidos de los medios electrónicos de comunicación.Se ha configurado así una contrahechura jurídica y social, un panorama contradictorio y aun ridículo en que la principal pieza jurídica de alcance federal expresa y específicamente aplicable a la prensa pende amenazante sobre los gobernados, no sólo los periodistas, sino los ciudadanos en general. Desde el poder no se busca aplicarla sino sólo tenerla allí como amago latente, de donde resulta que una principalísima actividad social, la prensa, no está regulada suficiente y eficazmente, para conciliar los intereses de la sociedad y los del periodismo, que por definición no pueden ser antagónicos sino compatibles.Tenían también ese carácter de amago los delitos contra el honor incluidos en el Código Penal Federal. Los de difamación y la calumnia quedaron derogados en marzo de 2007, pues en tal sentido se pronunciaron instituciones internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que ha estimado riesgoso para la libertad de expresión el que sus practicantes puedan ser llevados a prisión. Como quiera que sea que la reputación es un valor jurídico a cuyo respeto tiene derecho toda persona, se recordó que la cancelación de la vía penal quedaba remediada de antemano por una de carácter civil. En 1982, como parte de un programa de gobierno que incluía "la renovación moral de la sociedad", algo imposible de lograr por decreto, se introdujo en el Código Civil del Distrito Federal la responsabilidad por daño moral. Con prosa pedregosa allí se define tal daño como "la afectación que una persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás…". Que la figura jurídica se creó para castigar expresiones publicadas en los medios de comunicación queda claro al saberse que "cuando el daño moral haya afectado a la víctima en su decoro, honor, reputación o consideración, el juez ordenará, a petición de ésta y con cargo al responsable, la publicación de un extracto de la sentencia que refleje adecuadamente la naturaleza y alcance de la misma, a través de los medios informativos que considere convenientes. En los casos en que el daño derive de un acto que haya tenido difusión en los medios informativos, el juez ordenará que los mismos den publicidad al extracto de la sentencia, con la misma relevancia que hubiere tenido la difusión original".Ante la protesta de un sector de la prensa que temió que la renovación moral de la sociedad implicara en realidad una criminalización de sus tareas por una vía en apariencia ligera, se agregó a la reforma una disposición presentada como garantía de libertad: "No estará obligado a la reparación del daño moral quien ejerza sus derechos de opinión, crítica, expresión o información en los términos y con las limitaciones de los artículos 6º y 7º de la Constitución General de la República". Tal remisión lo es en realidad a la ley de imprenta, reglamentaria de esos textos, con lo que la aparente garantía de libertad queda ceñida a normas restrictivas, dictadas en una época de franca ingobernabilidad y autoritarismo contra la prensa. Que no es tal garantía lo muestra el hecho de que casi la totalidad de los juicios por daño moral se han instaurado contra periodistas, con lo que medran demandantes abusivos que ponen precio a su honor, pues la principal sanción en este caso es una indemnización cuyo monto puede arruinar al castigado. En el panorama de confusión, incongruencias, vacíos, inaplicabilidad general y aplicación selectiva de las normas que rigen la libertad de expresión, los juzgadores en general han hecho aportaciones vitandas que empeoran el talante peligroso y contradictorio de esa legislación. La mala salud de la impartición de justicia en general, ha llegado en este capítulo a extremos inadmisibles, como el de suponer que es ilícita la sola publicación de libros, diarios y revistas. Con semejante criterio, se ha generado una suerte de acoso judicial, de hostigamiento de demandantes animados por dolo y mala fe que buscan fatigar a sus demandados en prolongados y costosos juicios que cuando se multiplican dejan exhaustos no a malandrines que ostensiblemente dañan la fama pública de personas respetables sino a periodistas que honran a su oficio practicándolo con rigor y responsabilidad.
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