
11 de mayo de 2009
¿Recuerda usted los comerciales del Partido Verde en donde promueven la pena de muerte y hablan de sus acciones supuestamente ecologistas por medio de una actriz-cantante? Bueno, pues según el Tribunal Electoral, esos spots no promueven el voto a favor del PVEM, simplemente son “un balance de sus actividades”. Como lo leyó. Con esa resolución, los siete magistrados avalaron el pretexto perfecto para que todos los partidos hagan propaganda cuando les dé la gana. Avalan, en el fondo, que sea el dinero y la ayuda de los poderes fácticos los que determinen la elección de los funcionarios públicos.
El IFE había multado al Partido Verde porque violó la ley electoral —recién reformada— que estipula que entre el periodo de precampañas y el de campañas nadie puede hacer proselitismo. Al exonerar al PVEM de su multa el Tribunal Electoral no sólo le ahorró 20 millones de pesos a la agrupación “ecologista”, sino que abrió la puerta para que cualquiera, con el dinero suficiente, haga lo mismo ya sea dos años antes o el día previo a los comicios en cuestión.
Si los partidos políticos vuelven a comprar anuncios a voluntad quedará inútil la reforma electoral cuyo objetivo era, precisamente, que las elecciones no fueran decididas por el dinero empleado para la compra de spots o el favor de las televisoras.
Si el sentido común no les bastaba; si tenían dudas acerca de la forma y el fondo de los mensajes con fines persuasivos, al menos los magistrados debieron pedir asesoría a especialistas en materia de comunicación y propaganda política. Cualquiera les habría dicho que comerciales como esos son spots con tintes electorales aquí y en China.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es la última instancia en la materia, supuesto garante de nuestros derechos electorales. Sus fallos son inapelables.
No vaya a ser que la alianza PRI-Partido Verde sea capaz de mover voluntades en el Tribunal.
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