México SA | |
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| Carlos Fernández-Vega |
Se desinfla la "sólida recuperación" A la baja, los pronósticos de crecimiento Nuestro país no merece lo que le pasa | |
20 julio 2010 cfvmx@yahoo.com.mx | |
Qué lástima. La euforia por la "sólida recuperación" del país (inquilino de Los Pinos, dixit) va en decadencia, se desinfla, ante hechos no concomitantes con el triunfal discurso de ya saben quién. Las noticias que llegan del norte (del que depende en grado sumo la raquítica economía mexicana) dan cuenta de la ralentización del destartalado "motor" del mundo, al tiempo que un personaje de la vida pública nacional, otrora negador de cualquier posibilidad de quebranto interno por efectos externos (léase aquel genio que diagnosticó un mero "catarrito" ante la crisis más profunda en ocho décadas), encendió los focos amarillos ante la evidente "pérdida de dinamismo" del crecimiento económico. En Estado Unidos "hay dudas" sobre el comportamiento económico interno, dados los resultados del primer semestre en indicadores clave (empleo, vivienda, sector manufacturero, confianza de los consumidores, consumo), mientras la mayoría de los estadunidenses (54 por ciento) considera que la economía de su país "se encuentra todavía en recesión"; 41 por ciento que "está empezando a salir de la recesión", y sólo 3 por ciento que "la recesión ha terminado". Los blancos (57 por ciento del total) son más proclives a decir que la “recesión está en curso, contra 45 por ciento de los afroamericanos y 43 por ciento de los llamados hispanos (Pew Research Center, Balance a 30 meses: ¿cómo la gran recesión ha cambiado la vida en Estados Unidos?). De las mismas tierras llega el resultado de una encuesta levantada por la Asociación Nacional de Economistas Empresariales (NABE, por sus siglas en inglés), el cual indica que para el segundo trimestre de 2010 las expectativas de crecimiento en aquel país se reducen con respecto al arranque del año, de tal suerte que a estas alturas sólo 20 por ciento de los encuestados consideró que el producto interno bruto (PIB) estadunidense avanzará más allá de 3 por ciento, contra 67 por ciento que no prevé un crecimiento más allá de 2 por ciento. Paralelamente, la Reserva Federal redujo su estimación sobre tal comportamiento (de 3.5 a 3 por ciento) y cada décima de recorte tiene un efecto directo en el comportamiento del "sólido" cuan independiente aparato económico mexicano. El gobierno federal no quita el dedo del renglón, y su apuesta por la "recuperación" está anclada a los resultados económicos estadunidenses. Nada ha hecho para reactivar la economía interna y plácidamente espera a que el milagro del norte no sólo se materialice, sino que salpique hacia el sur del río Bravo. De acuerdo con cálculos oficiales, el impacto interno por cada punto porcentual de incremento en el PIB de Estados Unidos es de medio punto; en sentido contrario, la relación es de uno a uno, según la estimación que en su momento hizo pública el secretario foxista de Hacienda, Francisco Gil Díaz. En este contexto de noticias no concomitantes con el triunfal discurso del inquilino de Los Pinos y delfín que lo acompaña, uno de los grupos financieros más fuertes del país, Banorte, reconsideró a la baja sus estimaciones sobre el comportamiento económico nacional. Así, de acuerdo con sus estimaciones más recientes, el PIB mexicano crecería poco menos de 4 por ciento en 2010, contra 5 por ciento calculado al arranque del año. Lo anterior, como resultado de la desaceleración en la manufactura de Estados Unidos y el rezago en el mercado interno. De igual forma, para 2011 la proyección se redujo de 3.5 a 3.1 por ciento, de tal suerte que en el periodo 2007-2011 la tasa promedio anual rondaría uno por ciento. En 2010, anota el corporativo, se estima un mejor desempeño del mercado interno, mejoría en la generación de empleo, mayor confianza de los consumidores y aumento en el flujo de remesas, pero lo anterior no alcanza para compensar el menor ritmo de exportaciones, de tal suerte que si bien se registrarán números positivos, éstos no corresponderán con los divulgados en el discurso oficial. Y mientras el inquilino de Los Pinos felicita al saliente secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, y lo premia con hueso dorado en la propia residencia oficial, los industriales de la transformación también encienden los focos amarillos y exigen rediseñar "las estrategias de desarrollo industrial y empresarial que permitan el crecimiento cuantitativo y cualitativo. Esa es la única forma de elevar la oferta de empleos y el nivel de vida de la población". Lo anterior, pues, no indica más que la urgente necesidad de tapar los profundos hoyos abiertos por Eduardo Sojo y el citado Ruiz Mateos durante su estancia en la Secretaría de Economía, y dar rumbo y solidez al flácido aparato productivo nacional más allá de la pasiva apuesta externa. De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), México debe fortalecer su capacidad de crecimiento económico sobre la base del mercado interno con más productividad, mayor fortaleza para competir y creciente capacidad de respuesta a los "escenarios cambiantes" del panorama mundial. Parte fundamental en el llamado "rediseño" propuesto por el organismo mencionado es la reactivación y fortalecimiento de la banca de desarrollo (propiedad de la nación), es decir, las instituciones financieras que desde tiempos de Ernesto Zedillo, pero con mayor vehemencia desde los de Fox y ahora en los Calderón, el gobierno federal ha desmantelado y pretendido sepultar. En síntesis, poner en marcha una verdadera política industrial. Las rebanadas del pastel El rector de la UNAM, José Narro Robles, de nueva cuenta pone el dedo en la llaga: “para contar con verdaderos conductores del desarrollo nacional se debe aceptar que el modelo que hemos seguido ya no sirve para atender nuestras necesidades de desarrollo; hay que cambiarlo, pensar en grande y a largo plazo, renunciar a las ambiciones de poder, a los resultados de la próxima elección y, en particular, abandonar la búsqueda de culpables en la historia para definir tareas para el futuro… Se requiere entender que la política no se sustituye con la obediencia y tampoco con negociaciones o falsas articulaciones… Nuestro país no merece lo que le pasa. A problemas seculares que lo han acompañado a lo largo de la historia, como la pobreza y la desigualdad, se suman hoy nuevos azotes, como la inseguridad, el narcotráfico, las primeras consecuencias del deterioro ambiental y, aún peor, la falta de expectativas, el desánimo y las desavenencias entre grupos y sectores”. cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx |
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Izquierda | |
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Pedro Echeverría V. | |
México: La izquierda desapareció, ha estado ausente, no apoya la lucha social, cambió a electorera, sólo sus restos | |
20 julio 2010 pedroe@cablered.net.mx | |
1. Martín Esparza, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), lamentó la falta de apoyo de organizaciones sindicales y de la izquierda nacional a favor de la lucha del SME contra el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), además de que condenó la actuación de los medios de comunicación (Milenio). Por su lado Martí Batres escribió: “El dato duro incontrovertible es la ausencia de la izquierda en la elección de 2010 como proyecto alternativo, como propuesta popular, como identidad propia; la izquierda desapareció del panorama” (Proceso) Habría que decir que tienen razón; pero: ¿De qué izquierda hablan Esparza y Batres, si ésta, por lo menos desde 1977 desapareció en México para convertirse en uno o dos partidos socialdemócratas electoreros, sólo preocupados por la búsqueda de cargos políticos y presupuestos por el camino de los acuerdos y las alianzas?. 2. Izquierda es una posición política coherente que lucha de diferentes formas por los intereses de los explotados y oprimidos. La izquierda real tiene la obligación de apoyar de manera directa y en concreto las luchas defensivas de los trabajadores, las huelgas, las manifestaciones, las batallas en las calles, en el campo, en las escuelas, en los procesos electorales, en las guerrillas, si fuera necesario. Ser solamente anti PRI, anti PAN, anti presidente, anti gobernador, anti imperialista, anti medios de información, no tiene nada que ver con la izquierda. Los izquierdistas son anticapitalistas en toda la extensión de la palabra: luchando contra el sistema de dominación y practicando formas de vida y de relaciones anti capitalistas. ¿Cómo autocalificarse de izquierda si se es dispendioso, consumista, destructor del medio ambiente, autoritario en el hogar, el trabajo y en la calle o no indignarse ante cualquier injusticia? 3. A falta de izquierda –aunque aún quedan sus restos- gobiernos y empresarios hacen lo que les da la gana con el país. Aunque la izquierda luchadora, antipoder, apareció en México al iniciarse el magonismo en el año1900 -pasó por la Casa del Obrero Mundial de 1912 a 1915, y por la lucha zapatista de 1910-19- en adelante nunca fue alternativa revolucionaria de los trabajadores o del pueblo. A partir de la consolidación en 1920-40 de la revolución burguesa mexicana y de su continuidad, la izquierda sólo subsistió de manera formal o burocrática dependiente de ayudas de la URSS o de algún funcionario “progresista” o cardenista. La izquierda nació y vivió en absoluta marginalidad porque la “ideología nacionalista de la Revolución Mexicana la sustituyó con creces en la práctica” y los muy raros movimientos que encabezó fueron reprimidos con saña. ¿De dónde podría haber una izquierda si la revolución y el cardenismo la taparon? 4. En vez de izquierda –como ideología de clase trabajadora- lo que dominó siempre en México en este campo fueron el nacionalismo y el imperialismo que se han sintetizado en el cardenismo. Si en los sesenta y setenta el debate ideológico marxista, leninista, maoísta, trotskista, guerrillerista, estuvo presente en los centros de educación superior y entre los pequeños partidos izquierdistas, entre la mayoría de los intelectuales orgánicos la ideología “nacionalista y antiimperialista” dominaba de manera absoluta y fue esta ideología la que predominó en la fundación de partidos grandes –impulsados en el sexenio de Echeverría Álvarez- en los años setenta. La realidad es que el marxismo y sus diversas interpretaciones no tuvieron que ver en la fundación de los llamados partidos de izquierda que en realidad sólo eran electoreros, dado que sólo buscaban el cumplimiento de la constitución burguesa y el nacionalismo. 5. Siguió registrándose un discurso de izquierda pero una práctica abiertamente electoral y en búsqueda de cargos. Así que la izquierda que no apoyó a los electricista que ha denunciado el líder Esparza y la que ha desaparecido del panorama según el amlista Batres, es una izquierda inexistente. No se le puede “pedir peras al olmo” si éste sólo da elecciones. Pero obviamente sí existen restos de la izquierda de los sesenta y los setenta que rompieron con las ortodoxias y reflexionan fuera de los dogmas; pero sobre todo han irrumpido millones de jóvenes en el mundo que exigen libertad, descentralización, horizontalidad, igualdad, combate al liderismo y caudillismo, acción directa. Y aunque parece que sus batallas “no se consolidan y se pierden en la nada”, porque están contra las organizaciones permanentes, el liderismo vertical y la publicidad, son una fuerza que pica y se retira que el gobierno persigue con saña. 6. Estos jóvenes que dicen no perder el tiempo en luchas ideológicas teñidas de dogmas, citas, héroes y santos; parecen moverse a partir de la indignación contra todo tipo de poder de derecha, centro o de “izquierda” que busca defender sus privilegios de Estado. Aunque estos jóvenes son pueblo, no se dicen de izquierda, pero al enfrentarse al sistema de explotación lo son en los hechos. En la medida en que las sociedades capitalistas no le garantizan a los jóvenes estudio y/o empleo, un ingreso seguro y son perseguidos por sus formas de ser o vestir, se van convirtiendo en enemigos del sistema (de todos los gobiernos, partidos, instituciones) El fondo de estas ideas de las mujeres, los jóvenes , marginados, ya las planteaba Marcusse en los primeros años de los sesenta al observar el crecimiento de la economía terciaria, de los servicios y el encuadramiento del proletariado de la gran industria al sistema capitalista. 7. Al fin comienza a reconocerse que “la izquierda desapareció del panorama” porque se convirtió en centroizquierda electorera o socialdemócrata. Qué bueno que los electricistas denunciaron que no recibieron ningún apoyo de la izquierda porque ésta además de que sólo quedan algunos restos muy débiles suelen estar entretenidos en sus luchas defensistas de gremio. Lo importante es que en Esparza, Batres y el resto de los políticos se borre para siempre confundir a la izquierda con cualquier antipriísta, antipapista o cualquiera que se pase refunfuñando por los problemas que tanto le agobian. La izquierda, aquel término que según los historiadores nació en el parlamento francés en los tiempos de la revolución, es decir a fines del siglo XVIII, se le dio un carácter muy definido: estar siempre luchando por los intereses de los explotados y oprimidos, siempre por los de abajo y contra las clases dominantes. No hay término medio. http://pedroecheverriav.wordpress.com |
"Cuando una mujer avanza no hay hombre que retroceda"
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