Lo que le han hecho a México

Crónica Confidencial
	Leopoldo Mendívil
Lo que le han hecho a México
12 julio 2010 lmendivil@delfos.com.mx
LIC. EUGENIO HERNÁNDEZ, GOBERNADOR DE TAMAULIPAS: +Todo lo hondo es bien profundo Filósofo de Güémez Así como ahora usted mira hacia los cuatro puntos cardinales de su estado y sólo ve agua, así puede mirar a los cuatro puntos cardinales del país y sólo verá porquería. Esa porquería tiene un origen: La ilegalidad, una pústula en la que todos flotamos, pero vinculada con las furias naturales provocó lo que el huracán Alex y la depresión tropical 2 le han hecho a Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. El viernes pasado, el director general de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege Tamargo, entrevistado por Juan Manuel de Anda en el noticiario de Óscar Mario Beteta, dijo que la debacle sufrida por esas tres entidades obedeció, en gran medida a las muchas obras construidas y a los múltiples asentamientos poblacionales permitidos en sitios las condiciones naturales los hacían inviables. “Así ha ocurrido en todo el país”, agregó, y ahí habitan 14 millones de mexicanos… Monterrey se volvió el emblema de esta situación. De un campamento de conquistadores en una zona semidesértica al pie del llamado Cerro de la Silla, creció para ser el actual emporio industrial y financiero donde conviven la mayor riqueza del país con una pobreza que hiere; ambas, hoy, asediadas también por las bandas criminales ahí asentadas. Para lograr su actual crecimiento poblacional, Monterrey necesitó espacio físico, hectáreas y hectáreas de terrenos, incluido el semiseco cauce del río Santa Catarina, donde autoridades municipales, estatales e incluso federales de muchos años a la fecha dejaron asentarse ahí actividades económicas y deportivas diversas, sin atender ni al brutal llamado del huracán Gilberto, cuando en 1988 hizo despertar al río con las aguas que siempre le tuvieron como su cauce natural. Claro, cuando hubiera aguas lo necesitaran. La semana antepasada, el huracán Alex volvió a despertar al Santa Catarina y ya sabemos lo sucedido. Pero no sólo en el cauce del río, sino a lo largo y ancho de toda la ciudad incluidas las laderas del Cerro de la Silla donde también, cuando cae, el agua de lluvia toma para el descenso los mismos caminos de siempre. Pero sobre esos caminos del agua, diversas autoridades, durante décadas, permitieron la urbanización para construir varias de las más ricas y lujosas zonas residenciales de la ciudad, esas que la semana ante pasada fueron semiarrasadas. Mansiones valuadas en hasta dos decenas de millones de dólares rodaron ladera abajo, con las riadas que Alex hizo caer sobre el famoso cerro… Y es que la naturaleza respeta al hombre cuando el hombre respeta a la naturaleza. La semana pasada hablé con un pobre habitante de una colonia proletaria en las tierras ex lacustres de la ciudad de México, quien con sus vecinos exigía a la autoridad delegacional frenar las inundaciones que han sufrido durante ¡30 años! de vivir ahí él, su familia y muchas más en el curso de los años. Le pregunté si durante ese largo período pensó alguna vez mudar a su familia a un lugar más seguro, al menos en cuanto a inundaciones: “Pues.., ssí, he pensado algunas veces, pero…” Esa y muchos otros millares de familias en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México sufren la misma suerte año con año por haberse asentado en esos lugares que algunos convirtieron en áreas habitacionales y la autoridad se lo permitió sin importar el destino que esperaba a sus moradores. La ilegalidad de siempre, gobernador Hernández; siempre a flor de la piel de quienes la practican y de quienes la permiten. Así se construyó en el siglo pasado y lo que va del actual, parte fundamental de la infraestructura habitacional y de servicios del país en muchos casos, además, con materiales malos e ingeniería peor. De Tamaulipas usted conoce la situación en estos aspectos, a quienes se enriquecieron y a las autoridades que los toleraron. Siempre, claro, cada quien busca el pretexto para evadir sus faltas. Usted, por ejemplo, gobernador Hernández. Hace algo más de una semana, usted acusó ante el presidente Calderón a la Conagua del anegamiento sufrido por Tamaulipas, aduciendo que oportunamente pidió a la dependencia federal enfrentar de manera efectiva los efectos del huracán, por ejemplo, elevando, sobre los márgenes máximos, el nivel de almacenamiento de las presas sobre los ríos San Juan y Bravo -que son la Cerro Prieto, El Cuchillo y Marte R. Gómez-, para que las extracciones de control -o desfogues- no dañaran a Tamaulipas. Debe usted desconocer la destrucción brutal, incluida la muerte de millares de seres humanos, que la fractura de una presa puede provocar en ausencia de esos desfogues, lamentables pero indispensables… Eso sí, sugirió a Conagua que cuando esos desfogues “en su momento” ocurrieran, beneficiaran a los distritos del norte tamaulipeco… Como dijera el Filósofo de Güémez, si es que él lo dijo: de tu arte a mi arte, prefiero mi arte… lmendivil@delfos.com.mx, m760531@hotmail.com

"Cuando una mujer avanza no hay hombre que retroceda"